La infertilidad es algo más que un problema de salud, es una crisis vital que puede afectar a todos los aspectos de la vida de las personas. Gracias tanto a los extraordinarios avances en el campo de la reproducción asistida, como al crecimiento exponencial de recursos y centros de asistencia públicos y privados, las personas o parejas con problemas reproductivos pueden acceder a diferentes Técnicas de Reproducción Asistida (TRA). Sin embargo, estas técnicas son también fuente de diferentes estresores que se acumulan a lo largo del tratamiento.

Los largos procesos de intervención suelen ir acompañados de etapas de intensa incertidumbre y ansiedad, las distintas pruebas e intervenciones se suceden y el estrés aumenta a cada paso, principalmente cuando se acerca el momento de conocer el resultado.

Los intentos fallidos durante el tratamiento complican los esfuerzos para afrontar la situación, y la frustración genera un aumento de expectativas negativas que pueden llegar a provocar estados de intensa aflicción e indefensión. Actualmente existen muchos estudios que identifican los procesos psicológicos relevantes en la reproducción humana, sus significados subjetivos y las características sociales, psicosociales y psicopatológicas que pueden darse en las personas o parejas infértiles.

 Los hombres y mujeres con algún problema de infertilidad que requiere tratamiento de reproducción asistida, en general buscan soluciones y estrategias complementarias de afrontamiento personal eficaces. En este sentido, el experto en psicología reproductiva aporta orientación y apoyo psicológico ante las posibles dificultades y conflictos que se pueden presentar a lo largo de los procesos médicos de tratamiento de la infertilidad. La intervención psicológica en este contexto se dirige a la prevención y tratamiento de los trastornos psicoemocionales, a través de una aproximación sistemática, rigurosa e integradora, centrada tanto en los aspectos afectivos como en los cognitivos y conductuales: expresión y gestión emocional, reestructuración cognitiva, psicología positiva, habilidades de resolución de conflictos, habilidades comunicativas, técnicas de respiración y relajación.

En un contexto médico donde la prioridad es hacer realidad el deseo de tener descendencia, la consulta de psicología puede proporcionar el entorno de confidencialidad adecuado para que las personas o parejas recuperen las experiencias y facetas gratificantes de la vida y de las relaciones, que en ocasiones quedan relegadas a un segundo lugar durante los tratamientos, recuperando, en definitiva, el bienestar en todas las áreas de su vida.

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